La historia de Frances Willard fue la historia de una mujer comprometida con la lucha contra las injusticias sociales y a favor de los derechos de las mujeres. Trabajadora incansable, durante décadas, se volcó en denunciar una de las lacras más dramáticas de la sociedad, el alcoholismo, considerado como la punta del iceberg de la violencia doméstica y de miles de dramas personales. Como presidenta de la organización cristiana Woman’s Christian Temperance Union, Frances William abogó por la igualdad entre hombres y mujeres y no dejó de luchar por alcanzar esta igualdad en todos los ámbitos de la sociedad.

Frances Elizabeth Caroline Willard nació el 28 de septiembre de 1839 en Churchville, New York. Sus padres, Josiah Flint Willard, granjero y legislador, y Mary Thompson, profesora de escuela, la bautizaron con el nombre de Frances en honor a la novelista inglesa Frances Burney. Además de Frances, la pareja tuvo tres hermanas, una de las cuales falleció prematuramente. Durante su infancia, la familia de Frances cambió varias veces de residencia, condicionados por la mala salud de su padre. En aquella época, los Willard se acercaron a las creencias metodistas. Frances y su hermana Mary estudiaron en un instituto de Milwaukee donde su tía ejercía de maestra después de haber sido educadas en casa por su propia madre.

En 1858, Frances y Mary continuaron estudiando en el North Western Female College de Illinois, donde la familia se había trasladado y Josiah había empezado su carrera como banquero. Después de graduarse, Frances empezó a trabajar como maestra. En 1871 fue nombrada presidenta del Evanston College for Ladies. Adscrita a la universidad de Northwestern, Frances fue nombrada decana del centro femenino, cargo que abandonaría pocos años después tras varias disputas con los directores de la universidad relacionadas con la educación femenina.

 

Por aquel entonces, Frances ya estaba muy concienciada en lo que a los derechos de las mujeres se refería y había desarrollado una gran sensibilidad hacia las necesidades sociales de distintos grupos desfavorecidos. En 1874, el mismo año que abandonó su cargo en la universidad, se unió a un grupo de mujeres que formarían la Woman’s Christian Temperance Union (WCTU), una de las organizaciones feministas más importantes del siglo XIX. Primero asumió un cargo de secretaria pero pronto se hizo cargo de las distintas publicaciones y de la comunicación de la organización. Su capacidad de trabajo y su liderazgo la llevó en 1879 a alcanzar la presidencia de la WCTU, cargo que ostentaría hasta su muerte.

Frances Willard dedicó toda su vida a trabajar en favor de la igualdad de hombres y mujeres en todos los ámbitos de la sociedad.

Frances Willard trabajó de manera incansable durante muchos años dando conferencias a lo largo y ancho de los Estados Unidos y transmitiendo su principal lema, “Hacerlo todo”. Willard defendió la “temperancia”, es decir, la abstinencia de bebidas alcohólicas, una lacra muy extendida entre los hombres. Para ella y los miembros del WCTU, el alcoholismo era una de las causas de la violencia ejercida por los maridos sobre las mujeres. En este sentido, Willard, defendía también la necesidad de dar a las mujeres el derecho al sufragio para que pudieran defenderse ante las instituciones. Para ella, las mujeres no eran el sexo débil, pero debían encontrar en el hombre protección y no violencia. Frances Willard defendía una sociedad en la que hombre y mujer fueran iguales ante la ley y que ambos se convirtieran en compañeros dentro del hogar. Un hogar que debía estar basado en las leyes cristianas que según Willard hablaban de una igualdad entre ambos.

Frances lideró la WCTU enfocando sus actuaciones en el trabajo social, la lucha contra la prostitución, la mejora de la sanidad, las condiciones de los presos y poder alcanzar la paz social. Acogían a los inmigrantes y defendieron a la población negra. Frances abogaba por la igualdad salarial, la protección de mujeres y niños contra los abusos en el trabajo y la jornada laboral de ocho horas. En este sentido, Frances defendía la necesidad de dar a las mujeres la misma educación que a los hombres y la posibilidad de poder acceder a los mismos puestos de trabajo.

El nombre de Frances Willard traspasó las fronteras de los Estados Unidos cuando empezó a participar en distintas asociaciones internacionales, entró en contacto con distintas sufragistas de otros países e impulsó la Word WTCU. Hacia 1893, Frances Willard se acercó a las ideas del socialismo cristiano.

Frances se encontraba en el Empire Hotel de Nueva York donde se estaba preparando para viajar a Europa cuando falleció mientras dormía, el 17 de febrero de 1898. La figura de Frances Willard fue aclamada en los Estados Unidos convirtiéndose en la primera mujer americana en ser incluida en el Statuary Hall del Capitolio. Su estatua la realizó la escultora norteamericana Helen Farnsworth Mears.